El trabajo social ha sido considerado como una profesión que siempre está en proceso de re-definición, que se acomoda continuamente a las exigencias que plantea el cambio social. Así como en el contexto de la modernidad se encargaba de los cambios que se produjeron en ella, también debe hacerlo ahora encargándose de fenómenos de la llamada era posmoderna como: la globalización, que no afectan solo a un grupo sino a todas las clases sociales.
Pero como hacerlo si no contamos con las herramientas necesarias para realizar intervención social en lo que implica el contexto actual, teresa Matus lo plantea de manera muy precisa,
“El que nuestras sociedades se hayan vuelto problemáticas se expresa en la cultura más que en cualquier otro lugar. Nos encontramos ante una insuficiencia de herramientas conceptuales que nos permitan interpretan la realidad social de hoy” (MATUS: 2001. Pág. 29)
El profesional de trabajo social debe asumir las realidades que se viven hoy en día en la ruralidad y tener presente lo cambiantes que son los contextos, en ese sentido debe reinventar la profesión y asumir estos retos como algo no problemático sino mas bien que enriquece y fortalece el quehacer profesional.
Se deben general procesos donde estos nuevos conceptos de moda, de tecnología relaciones interpersonales, sean en pro del beneficio social a partir de una educación integral, donde el trabajador social tiene un importante papel.
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